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Julio Trujillo

Autor referenciado en el Monográfico de:

Actualización: 24/01/2012

Julio Trujillo

Poema Poemas en prosa

Poemas en prosa


LOS caminantes del alba confunden el barullo de los pájaros con
pensamientos. Los caminantes del alba son ruecas que soltó
la obstinación. Conocen docenas de plúmbeos, los caminantes del
alba, y tienen nombres secretos para ellos. Se ven apenas y jamás se
tocan para no enredar sus hilos. Como los árboles, son a esas horas
aún figuras negras y anilladas hacia adentro, sin epidermis ni
corteza, gatos que huyen del candor del día.

ATA nada, desenlaza con sumo amor las otras tramas, ofrece manos
de lirio y desinfla odres. Peina el lomo de las bestias y da muchos,
muchos besos en la boca. Como ahora, que el vidrio semiperlado da
de sí, te entrega el hada y desfallecen sus eslabones de vaho. Mata
nada, poroso.

UNA iguana, una roca con sístoles, una tatarabuela de lava, una
espera encarnada. Sobre un peñón frío en el alba y ardiente a las
dos, dominándolo todo con celo panóptico: el mundo es su huevo.

NO se acerca el horizonte. Caminas y caminas como un hámster
cuya única función fuera prender, para otros, este anémico sol.

HAY en Vermeer un globo y una mano que detuvo aquí aquí
su frívolo, por eso puedes ostentar tus vértebras.

LA epidermis quisiera herrar el alma, mancharla con tizones o
moradas presiones de amor y envidia. Que se tropiece también ella,
que aprenda a conversar con las rodillas. La piel quisiera desflorar
con un tallón sutil esa siempre alba, novia desfallecida como un
guante a dos tablones del altar.

ALLÁ los pies, ya sin presión, en un descanso de lana. Salúdalos,
apláudeles su torpe sinfonía sobre el espeso piano del aire artificial,
compadres graves, cachalotes de peluche, castores para demoler la
escarcha, valerosos pachoncitos.

 

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