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Actualización: 24/01/2012

César Vallejo

Poesías completas

Por Javier Lorenzo Candel

Una interpretación de la poesía de César Vallejo. En torno a la edición de Visor de sus Poesías Completas

Los heraldos negros

Trilce

La dialéctica de Vallejo

A la vez que Octavio Paz, después de un afortunado encuentro en Paris antes de la llegada a Valencia para formar parte del Congreso de Escritores Revolucionarios, sostenía que la figura de Vallejo le parecía la conjunción de intensidad, dulzura y timidez juntas, el poeta peruano tenía sobre sus espaldas un compromiso político, derivado de un compromiso estético, que definía su poesía casi en los mismos términos en los que de él hablaba Paz.
Y es que el recorrido intelectual de Vallejo, perfilado muy afortunadamente por la edición de la Poesías completas que nos presenta Visor, mantiene una intensidad recurrente que pone de manifiesto la indagación ante el hecho literario como modo de vida, la vanguardia como estrategia de creación. Esta vanguardia, a tenor de la biografía vallejiana, puede llamarnos a la extrañeza. El cosmopolitismo desde donde surge el concepto, la adhesión a lo urbano, a lo europeo, pondrían de manifiesto la dificultad que supondría para un provinciano de Perú llegar a la filosofía que ha sostenido a los movimientos de vanguardia. Sin embargo, y en palabras de críticos de la obra del poeta, Vallejo llegó a ser el más radical del siglo pasado.
Y no hablamos del modernismo que impregna sus primeros poemas, modernismo que tira del hilo de Darío para recrear, no la negación del contexto histórico donde se asienta la creación poética hispanoamericana, sino una afirmación que poco o nada tiene que ver con los movimientos de vanguardia, con una acción rupturista que sí veremos más adelante. Vallejo empieza creando desde la afirmación y no desde la negación de la poesía de su tiempo.

 

Los heraldos negros representa el acercamiento a una nueva forma de entender la poesía y amplificar sus contenidos, pero también a eso que antes habíamos definido como la afirmación de la creación que le rodea. Alejado de lo frívolo, pero instalado en la educación intelectual recibida, Vallejo empieza a formar parte de la destacada tradición literaria de Perú, y lo hace desde una idea que vive cerca del hombre, que lo convierte en material de escritura, que lo sitúa en el centro de la creación como un hombre interrogante. Valdría la afirmación del editor y prologuista de estas poesías completas cuando afirma la inclinación de Vallejo por la estética de la emoción frente a la estética de la belleza.

 

Pero es en Trilce donde la ruptura se produce de una manera mucho más acusada. Si algunos críticos han querido destacar las huellas del futurismo en los poemas que lo componen, hemos de decir que en su lectura se aprecian estructuras que bien podrían quedar alojadas en esta corriente que, recordemos, tuvo la arquitectura y las artes figurativas como foco de desarrollo. Tras una segunda edición española que dio alas al libro, Trilce empieza a ser un foco de referencia de la poesía en lengua hispana. El neologismo, la sintaxis que define la estructura de los poemas, la reiteración dan paso a la relación entre sentido y estructura, una estructura definida por los nuevos "modos" de la experimentación vallejiana, y aquello a lo que llamábamos el hombre interrogante, el personal sentido de su poesía.
Recordemos que el valor del manifiesto que da nombre al futurismo como movimiento se organiza a partir de una actitud de renovar el terreno artístico, pero también el existencial, o el localismo y la cosmovisión en una paradoja recurrente. Las vetas abiertas por Vallejo en su primer libro, toman carácter protagonista en Trilce desde estos aspectos. La renovación de la forma y la nueva medida de su compromiso existencial son los claros protagonistas de los pasos que marca Trilce. Tal y como decía Whitman, encontramos a un hombre ante el desgarro por la plenitud de la existencia, por la agonía, ante la muerte

 

La dialéctica establecida por Vallejo nace del hombre para llegar al mundo.
En una suerte de compromiso social acrecentado por las circunstancias políticas que Vallejo va a vivir, con el marxismo como principal exponente y la Guerra Civil Española como uno de los espacios de desarrollo de su poesía última, los postulados que marcarán su obra estarán comprendidos en la afirmación "La obligación del poeta es consubstanciarse con el pueblo" para romper después con lo que él llama barrera secular entre la inteligencia y el pueblo, entre el espíritu y la materia. Las dos premisas que durante su vida creativa han mantenido una tremenda lucha dialéctica, se exhiben ahora, anta las afirmaciones de Vallejo, como mundos desunidos, aislados por un compromiso social definitivo. "Levanto mi voz y acuso a mi generación de impotente para crear o realizar un espíritu propio, hecho de verdad, y de vida, en fin, de sana y auténtica inspiración humana" afirmará. A partir de aquí, su producción se ralentiza, se demora en una suerte de poemas casi esparcidos por sus últimos años, en una preocupación metapoética y humana al mismo tiempo, y ante la necesidad de una comunicación universal.
En definitiva, la edición completa de la poesía de Vallejo, a cargo de Ricardo Silva-Santisteban, y magníficamente publicada por Visor, con la aportación de notas bibliográficas que ayudan a ubicar aquellos textos que no aparecen en las ediciones de referencia, nos muestra el recorrido desde la palabra hasta el pueblo, desde el modernismo hasta la poesía comprometida con el hombre y sus preguntas que define a Cesar Vallejo en su conjunto. Paz llevaba razón cuando a simple vista describe a Vallejo como intenso, dulce y tímido, quizá esos sean los hitos, trascendidos en su poética, que marcan el recorrido magnífico por la obra del poeta peruano. Disfruten de su lectura.

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