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Félix Grande, Biografía (1958 - 2010)

Actualización: 25/01/2012

Félix Grande

Biografía (1958-2010)

Por Juan Carlos Abril

Juan Carlos Abril reseña el compendio de la obra de este autor extremeño, "uno de los poetas más destacados de las generaciones de posguerra, difícilmente encasillable en una escuela".

La lección de vida y poesía que hallamos en Biografía (1958-2010) mantiene con el tiempo su plenitud y novedad. Félix Grande (Mérida, 1937) es uno de los poetas más destacados de las generaciones de posguerra, difícilmente encasillable en una escuela, ya que se halla a mitad de caballo entre los del 50 y los del 68, del mismo modo que otros de su mismo arco cronológico, que si bien pueden estar más o menos cerca de una tendencia nunca se les ha podido «encajar». Habría que acudir a la propia escritura de los libros de Grande para darnos cuenta de que su obra se enmarca dinámicamente más allá de escuelas y tendencias, intentando ir a contra corriente en muchos casos y manteniendo una postura de indagación constante, a pesar de que ello le haya supuesto cierta distanciación, en el sentido del extrañamiento brechtiano. En cualquier caso, eso es lo que precisamente ha hecho grande a Grande, lo que le ha situado con singularidad en el panorama de las letras españolas de la segunda mitad del siglo XX.

Como es sabido, el binomio vida/literatura rige la contemporaneidad desde Baudelaire, y como es lógico a esa tradición se engancha Félix Grande, en quien se funde vida y obra de una manera singular, desmarcándose del resto de autores del último medio siglo, destacándose del resto de tendencias que las diferentes generaciones han enarbolado y con las que ha coincidido, y he ahí la razón por la que escogió Biografía como título para su obra completa. Un título que desde 1971 irá recogiendo en sucesivas ediciones nuevos libros, con la única excepción de Las rubáiyátas de Horacio Martín, publicado en 1978 pero escrito en 1970, y con el que a la postre recibió el Premio Nacional de Poesía (un homenaje en el que se mezcla a Horacio Oliveira, de Rayuela de Julio Cortázar, y a Abel Martín, el heterónimo de Antonio Machado). Con ligeros cambios en las distintas ediciones de estas poesías completas, como la eliminación de algún poemario, o algunas supresiones parciales, Biografía por tanto supone no sólo una ampliación sino una actualización de su actividad poética, o al menos la que el autor ve pertinente reeditar. Los libros editados ahora son: Taranto, homenaje a César Vallejo (1961); Las piedras (1958-1962); Música amenazada (1963-1966); Blanco spirituals (1966); Puedo escribir los versos más tristes esta noche (1967-1969); Las rubáiyátas de Horacio Martín (1970), en el que se incluye Cuaderno de Lovaina (inéditos de Horacio Martín); La noria (1958-2009); una serie de tres reflexiones o poéticas en prosa tituladas Textos (fechados en 1985, 1998 y 2010 respectivamente); y por último La cabellera de la Shoá (2010). En Félix Grande se hace realidad la frase que asegura que todo poeta tiene su verdad, lejos de esencialismos o de sacralizaciones, una verdad como individuo. Y ahí la historia de cada uno lo confirma, porque decir verdad es también decir conciencia.

La principal novedad de esta nueva entrega de Biografía es la inclusión de La cabellera de la Shoá, un libro escrito tras la visita del autor al campo de concentración de Auschwitz, tras el horror vivido allí. La célebre frase de Adorno «Después de Auschwitz no se puede escribir poesía» ha dado mucho de qué hablar y precisamente Grande se hace eco de ella no para contradecirla, sino para profundizar en la radicalidad de esta afirmación. Después de Auschwitz no se puede escribir poesía si no hablas de Auschwitz, si no hablas del horror. Y si es que alguna vez hubo -al menos en el siglo XX- autocomplacencia y celebración, estas se deben acabar, de igual modo que se deben acabar las ironías y el humor: es tiempo de espantar los fantasmas que el hombre mismo ha creado con lo único que le queda, la palabra. La Shoá (literalmente la catástrofe) es el término hebreo utilizado para referirse al Holocausto, la aniquilación judía en Europa por la Alemania nazi. En la nota final del libro se nos informa de que en Auschwitz hay todavía varias toneladas de cabellos humanos que no pudieron destruirse o venderse, y he ahí el título escogido, en homenaje horrorizado de lo que supuso aquel genocidio. La cabellera de la Shoá es un largo poema fragmentario, instado por una fuerza agónica o irracional que nos insta a meditar, sacudiéndonos. Utilizando técnicas diversas -de la vanguardia, pero sin hermetismos-, contraponiendo ideas, planos sintácticos e imaginísticos, insertando incluso un soneto titulado quevedianamente «Mire los muros de la patria mía», y que funciona como punto y aparte que marca el declinio de la tensión poemática. Tras esta pausa, aparece la figura de Primo Levy, es decir 174517, y es quizás uno de los momentos más inquietantes del poemario, ya que se incrusta en el discurso en el que se habla de cuatro jóvenes judías polacas que habían colaborado en una sublevación, y que fueron ahorcadas solo tres semanas antes de la liberación del campo de exterminio, hoy tristemente célebres por haber sido las tres últimas ejecuciones.

Ciento setenta y cuatro mil quinientos diecisiete fue descargado en Auschwitz el día 26 de febrero de 1944. ¿Conoció a alguna de las cuatro muchachas? ¿Vio cómo las ahorcaban en enero de 1945? Ala Bertner, Rosa Robota, Ester Waisblum y Regina Sapir habían colaborado con la sublevación de Sonderkommando. Diez gramos, doce gramos, quince gramos de pólvora ocultos en los nudos de los pañuelos con que cubrían su cabeza rapada. Un día, otro día, diez gramos, quince gramos...: el día 7 de octubre de 1944 la Resistencia en Birkenau incendió el crematorio IV... Tres semanas después del ahorcamiento de las cuatro chiquillas, las tropas del Ejército Rojo liberaron a todos los esqueletos ambulantes que quedaban en el fondo del Lager. ¿Recordó 174517 las cabezas rapadas sobre los cuatro cuellos asfixiados, las cuatro lenguas derramadas, los ocho ojos abiertos y ya petrificados por la muerte, los ocho pies ya sin espasmos, los cuatro cuerpos pendulando sobre el sudario de Polonia? ...En la memoria de 174517, ¿qué recuerdos horadaron durante cuatro décadas la vigilia y el sueño? (p. 476)

Hay que decir que esta edición de Biografía -de casi 500 páginas- presenta un excelente Prólogo de Ángel L. Prieto de Paula (catedrático de Literatura en la Universidad de Alicante y uno de los críticos más autorizados e importantes de la actualidad), titulado «Hueso de la calamidad, gasas de la misericordia» (pp. 7-26) en el que se da detalla, como solo los maestros saben hacerlo, la trayectoria del autor y se da cuenta de ella libro a libro, siendo un texto accesible tanto para iniciados como para lectores más avisados. El análisis de los libros uno a uno nos podría llevar muy lejos y no es este el lugar para adentrarnos en esa selva, y por eso queremos simple y sencillamente dejar constancia de la importancia de libro, la obra poética completa de un autor imprescindible en la segunda mitad del siglo XX español y que, por cierto, ha sabido mantener una escritura independiente a lo largo de más de cinco décadas de rebeldía, peleando contra la tristeza, enarbolando la bandera de la libertad y la conciencia a favor de las causas más justas -en el sentido hondo- y más humanas por las que jamás se puedan luchar.

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