- Inicio
- Poesía viva
- Referencias
- Reseñas
- Artículos
- Poetas
- Conversaciones
- Monográficos
- Actualidad
- Enlaces

Actualización: 15/01/2014
José Ángel Leyva
Poemas Tres cuartas partes; Estudio de Lutxana y Ánder. El poema Tres cuartas partes está dedicado a Juan Gelman.
Tres cuartas partes
A Juan Gelman
Un puñado de tierra no es un hombre
Tres cuartas partes hacen del sueño la sustancia
el soplo cerebral de un fuego que se olvida
el temblor del ojo ante la carne
Fugaz imprime la gravedad del día
En pausas respira noches cargadas de rocío
iluminadas por antorchas y lámparas de ancestros
que pusieron a secar preguntas y piel tras el naufragio
No se seca –es verdad—la claridad de la experiencia
No hay certeza de ser ni de encontrar respuestas
La incertidumbre abre las válvulas del hambre
del dolor la comezón la tempestad el alba
Cuántas veces la mano suelta una señal de bienvenida y duelo
incapaz de sepultar o de esparcir el polvo de un corazón a otro
de detener las letras que se fugan del cuaderno de notas en la mesa
De la ignorancia a la pregunta los párpados se abren y se cierran
perplejos a esa luz que viaja oculta por la almohada
visible en lágrimas sin sal pendientes de la tierra
No son escombros de ayer sino las ruinas
de un porvenir hecho de olvido
una lengua desierta de confianza y aire
No prescribe la justicia si hay mañana
Se pueden ver con nitidez las plantas
de imágenes de un yo seguido de los otros
La multitud del sur buscando un norte
sin nada que vender ni recibir a cambio
tan sólo la raíz que pone vertical a la memoria
Sobra tiempo y sed para esperar la muerte
bajo el árbol sin hojas que da sombra
La ausencia de dios ahuyenta el miedo
El padre y el hijo activan la sinapsis
que deja ver la mutua soledad bajo los puentes
las tres cuartas partes líquidas del hombre
José Ángel Leyva
Estudio de Lutxana
(A Paco Aliseda)
La ría del Nervión parte en dos el casco viejo
Sinuosa llega y va de nuevo a mar abierto
El artista contempla los botes al fondo de sus cuadros
Gaviotas de algodón devoran el azul de la pintura
Desde Lutxana ascienden y bajan en picada
Detrás del caballete ignora los autos en la calle
Su ventanal enmarca un trasatlántico
Sin bandera se pudre en el vaivén del agua
El óxido se expande según crece el rechinar de sus junturas
Un tripulante o dos pierden el tiempo mirando la corriente
En la margen izquierda de Bilbao se eleva la montaña
el barrio de Zorroza con sus obreros y migrantes
El artista alza sus gruesos anteojos a modo de saludo
los limpia con su aliento y un trozo de tela envejecida
El pintor y el barco se dan los buenos días
Remolcarán la nave entre mirones con paraguas e impermeables
En una calle del barrio de Lutxana queda el hueco
La ausencia del artista se advierte también en la ventana
José Ángel Leyva
Ánder
( a Juan Gelman)
Todo
es la palabra que rueda con sus manos
Todo
camina en el reloj biológico del juego y la pregunta
Empuja por la casa su bolita de esponja en soledad
absorto la lleva a la escalera cuesta arriba
peldaño por peldaño
Desciende y condesciende hasta dormir sin ella
Mueve sus ojos con hambre alrededor del día
No sabe de ignorancias
Reinicia su labor de escarabajo en el lenguaje
De noche pega las partes con saliva
Se vuelve a colocar detrás de la pelota
Entre residuos de idiomas y señales crece
su objeto verbal
la inútil vuelta del reloj que sus manitas
atrasan elevan adelantan desordenan
La palabra todo inicia su vuelta en el vacío
José Ángel Leyva
