Estás en: Antonio ...

Antonio Cabrera

Actualización: 24/01/2012

Antonio Cabrera

Poemas Barniz y Mi sombra

Barniz

Mi sombra

Barniz                                                                                                                                                                                   

Para que la madera permanezca
sola, salvada,
y quede protegida de los gestos,
de los descuidos, que la sobrecogen,

y no menos del polvo con sus ácidos
de disimulación y asfixia y burla.

Para que esta agua tensa
penetre en las estrías y en los nudos,

y sea la tirantez un argumento
que con juicioso brillo
ponga un obstáculo, congregue el roce
del mirar pero escape a su uña sabia.

Para que no transite hasta mi piel,
desde sus nervios rígidos,
ninguna negación,

sino que se mantenga como cosa
hermética, usual, ajena al diálogo,
tibia mientras me sirve y me acompaña.

Para todo eso
le estoy dando a la mesa
dos capas de barniz.
Que no se mezcle
su pulso
con mi afán.

Mi sombra

También es esto lo que soy:
plano oscurísimo,
silueta deformada
sobre el tronco de un álamo desnudo.

Relleno con mi carne diluida por la luz
los intersticios,
las llagas que dejó al crecer la fibra
tierna por donde el tiempo fue horadando
con aguja infantil.

Casual, cubro esas marcas. No las cierro,
porque una sombra nada cierra, sólo
acaricia o señala
con su vacío índice.

Mi sombra,
bajo esta luz occidental, se ausenta
de mí, soy yo en el mundo sin mí mismo,
como resina que segrego y pierdo.

En las cosas estoy, en su contacto
sordo, sobre el marrón, sobre el gris y el granate
profundo, en las escamas
de su corteza férrea.

Verdad que yo no guío,
mi sombra toca con su piel de aire
el surco, el brezo, el pedregal, el día.

 

Share this