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Actualización: 24/01/2012
Rómulo Bustos Aguirre
Poemas Del cangrejo ermitaño y Muerte y levitación de la ballena
Muerte y levitación de la ballena
Rara costumbre la del cangrejo ermitaño
Se le va la vida buscando caparazones de otros moluscos, latas, recipientes vacíos
toda suerte de objetos cóncavos abandonadas por sus antiguos huéspedes para instalarse en ellos
Es posible que todo se deba
a una compulsión turística por la novedad
O a un síndrome de inestabilidad casi metafísica
O a simple ejercicio peripatético de quien tiene demasiadas patas que ejercitar
¿O habrá algo más de fondo en todo esto?
Quizás convenga preguntar
al secreto cangrejo ermitaño que habita
en cada uno de nosotros
Ese que, sin duda, acaba de escribir este poema
Muerte y levitación de la ballena
En pausado sueño veo caer la ballena
230 toneladas de carroña o alimento cayendo
230 mundos de gravedad empujando hacia abajo
230 infinitas toneladas de vértigo
mecidas, en cámara lenta, por imperceptibles corrientes oceánicas
Inmensa, poderosamente muerta, la ballena
Pareciera que su caída suscitara el abismo
en que está cayendo
Como el gran mulo de Lezama va cayendo en el abismo la ballena
Como Lezama mismo
ornamentado con la majestad de todas sus grosuras va cayendo
A los 20 niveles de profundidad la ballena
ha perdido ya sus dos aletas
Eficaces mandíbulas lo atestiguan
Seres sin ojos la miran caer
Seres sin bocas raen su densa carne
Muchos años tomará el proceso de descarnamiento total de la ballena
hasta que al fin alcance su más recóndita blancura
Me digo en el sueño
Pero, ¿en realidad cae, está cayendo la ballena?
¿Cómo saber con certidumbre si un cuerpo está cayendo
sobre el mundo
o si es el mundo el que se está elevandose/cayendo
sobre dicho cuerpo?
Este inusual tipo de preguntas ya lo han afrontado
algunos estudiosos de la nueva física
Menos extrañeza produce tal pregunta si las cosas ocurren
en un pausado sueño
Terrible, blanca ballena
lábil rastro de espuma cayente, muéstrame tu no visible
belleza
Invoco sonámbulo
Y por un instante la puedo ver detenida en su caída
suspendida, palpitante
elevándose como asombrosa flor del abismo, en el vasto esplendor del vacío
Pero, ¿en realidad, levita, está levitando la ballena?
Esto casi equivale a preguntarse, rayando los umbrales
del lugar común
¿Cómo saber con certidumbre cuál es el verdadero sueño el sueño del soñante o la vigilia del vigilante?
Talvez
todo se funde en el poder germinal de las imágenes
como asegura Bachelard
Es decir, el sueño vigilante, es decir, la vigilia soñante
Es decir, en fin
ese misterioso lugar donde también la ballena
pudiera vernos caer o ascender en pausado sueño.