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Actualización: 07/05/2012
Muestra de joven poesía chilena I
Pequeño monográfico de joven poesía chilena contemporánea para homenajear también así al poeta Nicanor Parra con ocasión de la entrega del Premio Cervantes, el próximo 23 de abril. Con Carlos Almonte, Juan Manuel Silva Barandica, Héctor Monsalve Viveros y Giovanni Astengo
Carlos Almonte(1969) es Literato (Universidad de Chile) y Diplomado en Cultura Árabe e Islámica, de la misma Universidad. Es editor de los sitios: Archivo Bolaño y Descontexto Blog. Ha escrito una novela: El frío atardecer de los reptiles. Una colección de cuentos: Antología Visceral: Ficciones dentro de Ficciones. Y dos libros de poesía: Flamenco es un sueño (2008) y Bitácora de ausencia (2009).
Signos de vida
…agazaparnos en el silencio primordial,
en la beatitud inarticulada.
Émile Cioran
Bajo el día, pienso en la señora de ojos pardos,
y el anciano temeroso de beber, de cantar,
de mecer la tumba de un amigo que no muere.
Camino por senderos increíblemente estrechos,
miro a los costados, los peñascos cuelgan
desde un suave filo de ternura;
el viento se hace aún más fuerte.
Llueve a ratos; sin saberlo, yo decido el resultado.
El cauce de los ríos se ennoblece sin la forma de antes,
sin la forma, a secas;
aunque, claro, el frente ilógico de los terrenos tiembla,
triza, sucumbe entre las hojas de un relato escrito a medias,
soñado a medias, invocado por completo.
Si deliro no podré saberlo, a menos que lo haga en fracciones breves
y el traspaso se produzca lenta, progresivamente.
Siento el aire congelado y la distancia,
esa soledad vacía que alegra y tranquiliza a ratos.
Si deliro no podré expresarlo, más que enumerando
el viento a ráfagas que aterriza velozmente sobre el párpado,
la lluvia que ha secado el agua de los ríos,
la montaña hierática, los sacrílegos corren de a manada,
quitándose las ropas, desgarrando pieles de quien caiga en el escape.
Miro hacia el oeste y revierto el canto de las aves.
La construcción ha desaparecido, las cenizas han volado ya,
el fuego borra hasta el designio más cercano.
Quito el manto y subo la montaña con la arena a las rodillas.
Pequeños roedores, zorros y lechuzas
representan el final de los caminos.
Me siento hacia el poniente mientras veo caer el sol,
ponerse rojo el cielo, desaparecer entre las nubes,
escuchar el llanto de una niña que soy yo,
correr hacia la cima en que se ubica;
sentarme junto a ella, junto a mí,
descubrir el miedo del pasado,
acariciarla, anestesiarla,
susurrarle en el oído,
ofrecerle compañía,
decirle que hay más gente ahí,
que nos salvamos, que la veré crecer, que velaré por ella,
que seremos una noche, o día-eternidad,
que alejaré a las alimañas que arremeten,
que vayamos hasta el agua y mojemos nuestros pies…
Quiero abrir el cielo para ella y depositar sus manos
junto al más feliz de los recuerdos.
Y me quedo ahí, pensando en esos años, cubriéndola,
bailando para verla sonreír,
acunándola al dormir.
Es la forma del espíritu cuando está más cerca de volver.
Es la forma de la vida,
cuando está más cerca del perfecto círculo.
Es la noche que comienza
y junto a ella dos mujeres se conocen.
Yo no duermo; ella sí.
en Inicio de umbrales, inédito
Juan Manuel Silva Barandica(1982). Licenciado y magíster en Literatura, ha participado en encuentros y congresos en Bolivia, Perú, Argentina y Brasil. Editor de la Obra Completa de Gustavo Ossorio y organizador del ciclo de literatura, Antología en Movimiento, desde el 2009 hasta la fecha. Publicó Bruto y líquido (2010) y Cetrería (2011).
Ventanas
Abre la ventana como la flor y la nube
un sonido cristalino acaricia el arroz:
las carpas brillan al sol, cuchillos que danzan
el alto teatro en las terrazas de Yunnan.
Golondrinas caen duplicadas por el agua,
brindan simbólica unidad a la familia.
Ha comenzado la siembra–siente Hsien Tao-
pronto será mi tiempo de cosecha.
El nido en las maderas del techo,
barro que el ave liba, pule
ánfora su alcoba: dos golondrinas
labra Segismundo sobre una olla en Quinchamalí,
las que viera comer por televisión,
siente suyas las hojas que se agolpan en la acequia
el canto del queltehue y el sentido
de las nubes que lo sitian.
Viene la tormenta, cierra la ventana.
en Bruto y líquido, 2010
I
Toma a su cuidado de pequeña al águila
el curso del vuelo, entrañas frías y asesinas
dicen al augur el destino de los hombres.
Tensas generaciones como el arco de la arteria
al jinete revelan la herida mortal previa a la herida
y los surcos que galopará su corazón en el viento.
Flechas se adoran en la fragilidad de su arte:
un silbido, un ideograma repite con la pluma
hasta la caída.
Arde el Gobi en la sangre de la presa y la dibuja
sobre el guante de un príncipe que desciende
con el sol por la bóveda celeste.
en Cetrería, 2011
Héctor Monsalve Viveros(1970). Publicó Poemas Reclinables (1997) y Elena (2010). Fue becario de la Fundación Pablo Neruda en el año 1993. Sus poemas se han publicado en diferentes medios y antologías.
Yo no soy Héctor
Dejé de serlo un día
En que me vi caminando hacia la luz
En una calle perdida de Ciudad de Panamá
Era tan bella la luz
Sentí calor en el cuerpo al acercarme
Dolían los párpados, la cara
Quemaba la noche
Y como único gesto
Ante el peligro y aún de pie
Cerré lo ojos, dije tu nombre
Son las 5 de la mañana
Y la luz es un sueño repetido
Pienso en mis hijas
En dejar de hacer algunas cosas
En que estar solo es parte de la vida
en Yo Héctor, inédito
No eras tú a la que vi ayer en la ciudad
No te he llamado al verte caminar en la mañana
Por el cemento y el límite
De espaldas
No te he visto hace días
Pero a través de los que fuí te miro a veces
Y el yo ahora se siente superado
Inestable
¿Sabes que a veces lo sentido es superior a la forma que lo siente?
Es por eso que al amarte reuní en mí todos los que soy
Y te amamos porque uno sólo de nosotros
Te miró caminar en la mañana
Esa suma de todos
Es al final un resumen:
Un porcentaje de amor puesto en la mesa
en Yo Héctor, inédito
Giovanni Astengo(1972). Ha publicado los libros de poesía Anteayeres (1999), La Morada Irreal (2006), Cuartos de motel (2008) y Puzzles (2010). Ha sido incluido en diversas antologías.
A modo de dedicatoria
Semejante a mí mismo
frente a un espejo
pongo este ejercicio a todas tus disposiciones
con todos sus malabares y unas cuantas
gotas de rocío que de mis manos resbalan.
Por ti y por mí ejercer oficio –estos malabares–
por mí y por ti –y otras cuantas mujeres que cruzaron
y cerraron esas puertas– cada una un eslabón más a lo terrible
de estos puzzles, como si el analista consignará demonios
en su libreta y yo solo frente a un espejo
besándome los labios saltara de un pozo
a otro pozo –en sueños–
pero ya sin esa herida en el costado.
en Cuartos de motel, 2008
Lengua astral
–Motel Marín–
I
… esa es la figura de la sacerdotisa
la que ya no lee porque lee para dentro
la que tiene el libro en la mano
no la que besa o se deja besar, sino la que espera con el libro
/ en la sien…
_Es un poco de Tarot_
Otra vez se introyecta en mí
pétalo a pétalo
desordena el cause aleatorio de las cosas
/ se espuma –estalla como río/ la (Muy) rompiente–
/ y se vuelve tráfico de influencias
Incienso aroma sándalo y café de granos: Narrar su bitácora
/ sería
hundirme de mismisidad, besar –valga la repetición–
/ mis labios
y en el espejo ella en su doble vida de gata
lamiéndose el pelaje, contorsiona el ámbito de intriga
/ y seduce
citando a Perec, Millán y algo de estallidos, los pistilos
/ para las flores
como la lengua para nosotros son órganos inoperantes,
/ trampas en los puzzles
exequias del verbo y del barro/ cartas de desalojo y embargo.
en Cuartos de motel, 2008
