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Alejandro Zambra, por Lisbeth Salas

Actualización: 24/01/2012

Alejandro Zambra

Poema El fantasma

El fantasma


De pronto reconoces al fantasma
Que vive desde siempre en nuestra casa
No es miedo sin embargo lo que sientes
Es sólo el natural desasosiego
De imaginar que somos sin saberlo
Los nuevos habitantes de un lugar
Poblado de presencias y de ausencias
Y en cierto modo el tiempo es una broma
Que solamente a veces comprendemos
Y lo que comprendemos no nos gusta
O nos gusta en el fondo demasiado
Porque desde hace tiempo o desde siempre
Buscamos un lenguaje en las murallas
Buscamos una voz que nos reciba
Y a veces las palabras nos conceden
Esta extraña ilusión de permanencia
Y salimos tan blancos en las fotos
Y tan confusamente detenidos
Que el pasado se vuelve más lejano
Y el futuro un lugar tan impreciso
Que solamente vale despertar
Muy tarde en la mañana repasando
Los detalles de un sueño un poco raro
Las partes de una historia tan confusa
Y entonces reconoces al fantasma
Que vive en esta casa desde siempre
Y empieza el desayuno y hace frío
Y siento que al mirarte no descubro
Lo que confusamente permanece
Y mientras revolvemos el café
El ritmo se acelera y se detiene
Porque amamos el ruido y el silencio
Las queridas palabras que encontramos
Y perdemos y volvemos a encontrar
Y es bueno imaginar que sólo somos
Los nuevos habitantes de una casa
Poblada de presencias y de ausencias
Es bueno es verdaderamente hermoso
Jugar a los disfraces con el tiempo
Y ensayar una voz que nos reciba
Porque amamos el ruido y el silencio
Y mientras revolvemos el café
El tiempo desespera las señales
Que solamente a veces comprendemos
Y lo que comprendemos no nos gusta
O nos gusta en el fondo demasiado
Porque desde hace tiempo o desde siempre
Queríamos quedarnos en las rocas
La tarde nada más para admirar
Los bellos accidentes en el cielo
Y entonces comprendemos poco o nada
Del mar y de las olas y del miedo
Del aire que recibo y recibimos
Porque amamos el ruido y el silencio
Y es sólo el natural desasosiego
La fuerza que acompaña nuestros pasos
Y nos gusta en el fondo demasiado
Jugar a los disfraces con el tiempo
Y salimos tan blancos en las fotos
Y tan amablemente detenidos
Que somos en las rocas o en la casa
Los nuevos habitantes de lugares
Poblados de presencias y de ausencias
Y siento que al mirarte no descubro
Lo que confusamente permanece
En nuestro corazón y en nuestros pasos.

 

 

 

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