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Actualización: 24/01/2012

Elegía con Eugenio Montejo

Eduardo Mitre

Entonces, fue ayer jueves

y ya no habrá más reencuentros.

Tras saberlo, ahora

me he sentado en un sillón de la sala

a escuchar en silencio

tus Papiros amorosos:

La vejez de la carne es la peor máscara

que los dioses nos tejen.

A mi izquierda, querido Eugenio,

hay una callada presencia verde, 

y a mi espalda una ventana

que da a una calle de Manhattan.

Es verano y hace un día espléndido,

pero pese a la luz intacta

y al aire que respiro en tus palabras

me vence el desaliento.

Busco tu fotografía, contemplo

tu mirada nítida que atraviesa

el claroscuro de tus gafas, 

y bajo el bigote espeso

tu apacible sonrisa                                                           

que infunde fortaleza

y remonta la elegía.  

 

Y continúo escuchando tu voz sabia:

 

… aferrarse al amor contra la muerte.

 

Sin mover una rama, ni una hoja,

la presencia silenciosa asiente.

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