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Manuel Borrás

Manuel Borrás

Actualización: 15/01/2013

Manuel Borrás (ESPAÑA)

Diccionario de las Independencias

La Independencia según Manuel Borrás.

Creo que los que tienen la palabra "independencia" siempre en la boca son en el fondo los más dependientes. Para que un colectivo humano sea capaz de estrechar y decantar sus vínculos la mejor fórmula es que ese colectivo tenga una conciencia clara de la unidad; pero una unidad real y efectiva exige, antes que nada, tener un claro compromiso con la independencia de sus partes.

El miedo es lo que más nos expone al peligro, y no hay más nítida expresión del miedo que el muy extendido y arraigado en el ser humano, por paradójico que parezca, miedo a la libertad. Se prefiere ser dependiente, tutelado por algo o alguien, antes que independiente. Ése es uno de los síntomas más claros de la inmadurez en la que vivimos. La verdadera independencia de los individuos y de las colectividades nace y se desarrolla en paralelo al proceso de maduración de ese ser o sociedad. La independencia conquistada en ese proceso de desarrollo sutil es la que nos permite aceptar la independencia de los otros, comprender que su sagrada libertad no atenta a la nuestra.

Unidad con independencia de sus partes. Siempre me consideré un hombre independiente, salvo cuando la desesperación provocada por la pasión se interpuso en mi camino hacia el conocimiento. Fue entonces cuando la realidad se manifestó muy pedagógicamente y me ayudó a distinguir entre la idea que yo tenía de la independencia hasta ese momento y mi verdadera libertad futura. En ese periodo cobró carta de naturaleza en mi fuero interno la evidencia de que cuando se nace no se es hijo de nadie, sino de nuestra libertad futura. El amor pasión esclaviza por más que también nos abra puertas, pero el amor pasión, si sabemos ser consecuentes, es decir, si aprendemos a madurar, acaba por decantarse y por convertirse en un amor a secas, fértil, liberador. Y nuestra madurez, nuestro verdadero compromiso con la realidad, es el que favorece dicho proceso en nuestro interior, porque nos obliga justamente a ser conscientes de que si amamos a alguien lo amamos desde la conciencia de ese sentido de la unidad, pero con clara conciencia también de su independencia. Ése y no otro será el amor que perdure. Aplíquese a cualquier ámbito de nuestra vida, al personal, social, ético, político...

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