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Actualización: 07/05/2012

Muestra de joven poesía chilena III

Poemas Alguien creyó que el metal…  y Los ojos de la noche,  de Carmen García; Ankunft der emigranten y  Berühren sie den vogel Maria für mich de Gloria Dünkler Valencia; En puerto de Hambre aún esperan la llegada de nuestra señora Esperanza… y Todos esos nombres son mis nombres,  de Christian Formoso; y Sin reflejos una duda y Pagan poetry de Juan Carlos Villavicencio

Carmen García (1979) es socióloga y gestora cultural. Publicó La Insistencia (2004) y Gotas sobre loza fría (2011). Sus poemas han sido incluidos en diversas publicaciones y antologías, entre las que destacan Sic (2004) y Cantares (2004).


Alguien creyó que el metal…


Alguien creyó que el metal de los huesos era blanco
el esqueleto reconoce a los antepasados
repite sus nombres con una estela de vidrio                                                  
un brillo que alguien sigue con la mirada
Si hubiese que desenterrar sus dedos
ver hacia donde indican
lo haríamos con las rodillas y la boca
a pesar de la lluvia
plantaríamos semillas en los ojos de los muertos.

en Gotas sobre loza fría, 2011



Los Ojos de la Noche

        

Éste es el monstruo con el que soñaron las niñas

la habitación del silencio, los dientes del cangrejo

la rabia cuando orinábamos desnudas sobre la loza blanca

tras el suave parpadeo de los que nunca nos vieron.

Estuvimos ahí, las lombrices aparecían bajo tierra

y la jaula era ausencia en el fondo del jardín.

Estuvimos ahí

nos ocultamos por los rincones de la casa

tras los muebles, bajo los árboles.

Comimos la misma miel que los pájaros,

en conversación agitada con el viento

con las madres que piaban por sus hijos.

Nosotras, elegidas por una mano mayor

para cargar con los ojos de la noche

los huevos rotos de los pájaros.


 

en La Insistencia, 2004

 

 

Gloria Dünkler Valencia (1977). Publicó Quilaco Seducido (2003) y Füchse von Llafenko (2009). Textos suyos han sido antologados en Mujeres frente al mar (2000), en Desde todo el silencio (2008) y traducidos al polaco, alemán, catalán y lenguaje braille.



Ankunft der emigranten

Las tierras de Llafenko jamás fueron un edén como se nos dijo. Las huellas yacían pobladas de espinas; lluvias y vientos resultaban devastadores, antojadizos y el páramo cerraba sus entrañas a la siembra. Frutos silvestres y ovejas ramoneando los prados se negaban a dejar su cautiverio; el bosque no consentía derribarse y los ríos se abrían paso con más furia. Las tierras de Llafenko fueron un laberinto de secretos, un enjambre de preguntas sin respuestas.

 

en Füchse von Llafenko, 2009


Berühren sie den vogel Maria für mich

Soldado muerto el 1 de mayo de 1928

 

SS en el cuello de mi gabán. Es un rayo incestuoso quemando banderas enemigas, una serpiente que se menea por las dunas, mi cadena de plata aferrada al cuello, tu vestido ondeando frente al mar o quizá el rincón de tu pierna que devoraría a mordiscos.

 

¿Qué es la SS para mí, ahora que he bajado la guardia? Tus pezones duros en la noche de Llafenko y mi boca entrando en ellos, un enjambre, perdigones de mi fusil a tu inocencia. Una marca en el cuello de mi gabán, esta noche, no me salvará de la esperma que haré explotar sobre tu foto.



 

en Füchse von Llafenko, 2009


 

Christian Formoso (1971) Profesor de Inglés, Master of Arts in Hispanic Studies por Villanova University (EE. UU.). Actualmente se encuentra cursando el Ph.D. en Hispanic Languages, Literatures and Cultures en Stony Brook University (NY). Ha publicado cinco poemarios entre los que destaca El cementerio más hermoso de Chile (2008). Sus poemas han sido publicados en Chile, Argentina, Bolivia, Francia, Grecia y Estados Unidos.



 

EN PUERTO DE HAMBRE

AÚN ESPERAN LA LLEGADA

DE “NUESTRA SEÑORA ESPERANZA”:

 

JUAN MARTÍN, SOLDADO, NATURAL DE ESTEPA

 

Estos navíos me han devorado la lengua, con su disparo rojo en la cabeza de los mares,en las banderas que sisaron mis nombres y les ahogaron sin piedad entre sus barcos,conuna vela quebrada en un oasis marino, con oraciones mortuorias y legionesmortuorias,con la ciencia de la estrella perdida que yo amaba.

 

Yo era una rama entre los ríos de mi patria, y me vestía con el agua de sus rastros, con elfollaje de la brisa perfumada, con la humedad de un cielo de raíces. Y pasaba entre otroscon orgullo, con pabellones de hermosas rendidas en la noche y una mirada de fuegoentre los labios. Porque se hacía más grande en mí la sangre, más fuerte en cada copa dela aurora, más dura en la montaña de mis ojos, con tranco de guerrero y residencia. Másno pedía oír y no escuchaba.

 

Entonces vine a dar con los navíos, por dar un pie enredado en la marea, por dar con otrasbocas en los mares y en islas donde el sol se hace mujer.

 

Yo sería capitán en la derrota, pero un señuelo seco me llamaba, haciendo a mi medida lafosa de la tierra, haciendo un reguero de cenizas y de lágrimas. Yo caminé entre jarcias -mucho antes de ver el fondo de los mares - y levanté el pendón de la batalla y de losbesos, y una substancia de roca corrió en mis venas al entrar en otra sangre: Yo imité losríos perdiéndose en la mar.

 

Tan cierta y natural fue mi cobija, que nada mortal me parecía, hasta que vine a dar conlos navíos.

 

Así, me despojaron de mi lengua, la llevaron peces río arriba, en la geografía blanca de suespecie, hasta dar con la boca de la muerte, por donde ahora hablo.

 

en El cementerio más hermoso de Chile, 2008


 

Todos esos nombres son mis nombres 

 

Ch. F.

†20/06/1995

 

Hijitos, míos perdonen/que me lo haya hecho, que/ ustedes sabían que el papá estaba/viejito, ustedes/ mismos decían Christian/ estás viejito, tienes/ 35 y estás viejito/ y nocrean que no/ los amé, es más, es/ porque los amo aún, más/ que mi sangre que/ seescapa, más/ que la sangre que/ lo hice, no/ quise gritar ayer/ pero quise ser/ otro cadamañana/ a ver si salgo/ en otra planta ahora hijos, a ver/ si alcanzan esa planta antes/ denacer / y la cortan.


 

Ch. F.

†23/10/2006

 

Óyeme Señor, en este mundo contaminado de pecados y radiactividad, Tú no culparás tan solo a un poetucho provinciano, que como todo poetucho provinciano soñó volarse lacabeza, y bla, bla, bla

 

en El cementerio más hermoso de Chile, 2008

 

 

Juan Carlos Villavicencio (1976). Literato de la Universidad de Chile. Egresado de Magíster en Literatura General. Editor de los sitios Descontexto blog y Teillier Aleph. Traductor. Preparador de una antología crítica de Jorge Teillier (2012). Entre sus poemarios se encuentran The Hours, Pagan Poetry (Björk’s), Visiones de María Magdalena y Breaking Glass.

        

Sin reflejos una duda

Nada indigno puede caber jamás en el santuario de su cuerpo.
Si la maldad habitara esa hermosa mansión,
también la bondad querría morar en ella.

William Shakespeare


Un nuevo esbozo de pintura trazado en un océano, lo hace retornar al recuerdo de esa isla perdida donde está. Ahí debe dormir, mientras él, cubriéndola de otoños, intenta descifrar los tatuajes viajando hacia sus ojos, bajando, más atrás. Una caricia resbala como una cascada de pinturas por su sangre, o una caja liberando esa música que la devolvería a reconocerse frente al templo que es su luz, ahora oculta. Pero él no sabe entre muros i palabras cuáles son sus huellas por el prado, antes que amanezca, ni cómo abraza o si lo mira ciego lanzando dados más allá. Sólo va dejando líneas rojas sobre el bosque de sus vuelos, iterando el suave baile de esa figura abriendo puertas i entreveros del ayer. Escondida, ella roza en otro mundo cada escena que él le entrega, inventando o recreando, otra vez, en el agua la silueta vista reflejando su verdad i no mentiras. Cuál es cuál.

 

Inédito



Pagan Poetry

De sus vírgenes siluetas renaciendo, recostada en el éxtasis de las cálidas hojas que la rodean, en el encuentro de su espejo hacia el fin, desde los siglos. El placer que gira suave por las aguas i su carne que se abre frente al fuego, otra vez en el grito, desnuda del viento que juega a atraparla como letras o códigos que se reflejan en sus ojos i son trizas de colores bailando en sus pinceles. O como oscuros lirios entregando las palabras requeridas. El quiebre o el eco persistente. Lo sagrado de la imagen que los une profanos, premonición de cruces i sus miedos que se esbozan, aun cuando ante el dolor retorna al grito i a su sonrisa temerosa, o acaso la embestida de dos voces cruzando máscaras perdidas.

 

en Pagan Poetry (Björk’s), inédito

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