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Mario Merlino

Actualización: 24/01/2012

Cinco poemas

Por Benito del Pliego

Suponed, Discurso minúsculo, Rompere tota poesía, Trece-preludio y Los desperdicios.

Suponed

Discurso minúsculo

Rompere tota poesía

Trece-preludio

Los desperdicios

 

Suponed

 

Suponed a un pastor por ejemplo y a un soldado

comparten la bañera se complacen

se efunden ahorrativos en la espuma

y los sorprende un niño que busca compañía

 

suponed que ese niño

oyó escombrar en guerra a los cadáveres

vio las aftas que inflaman la boca de otros niños

o a mujeres llorando los postigos cerrados

 

y ahora lo que ve lo escandaliza

(escándalo que fija el catecismo)

 

él se azora qué hacéis en la bañera

sois hermanos acaso repitiendo el bautismo

no sabéis estar solos qué os pasa

 

preguntando recrea el placer de los bañistas

que espacio generoso le dan entre las aguas

y se abren ya las aguas cabe el niño

 

suponed que renacen dos padres de la espuma

que el niño ve en la carne misterio compartido

que el pastor lleva a dios en la punta de la lengua

que el soldado celebra de amor otra batalla

 

suponed que este baño trascurre tibiamente

suponed que comulgan los tres y se complacen

suponed

          suponed

                    suponed

 

Discurso minúsculo

 

 

dejen que no venga nadie. o sea. hablen. o sea. monologuen. mientras hay tiempo y sigue haciendo frío. trasmitan las últimas noticias. de la guerra. asocien la lucha con el deseo. propongan una variación sobre el mismo tema. escriban de la peste. del agua que cae. de la sangre. de fluentes y afluentes. rememorando. las ventajas del calor de hogar. hablen. monologuen. de la tradición. de la familia. de la propiedad. de su puta madre. hablen. o sea.

 

monologuen. caigan en la cuenta del discurso. hablen. parlen. parlen. atosiguen con palabras determinen el principio del placer. enumeren ordenadamente. déjense pensar. ábranse. monologuen. no importa. dejen que no venga nadie. no importa quién esté. no importa. cierren los ojos. abran la boca. abran. hablen. destruyan una a una las cosas que quedan de los otros. que los otros pierdan la capacidad del habla. los otros. humanamente hablando. piérdanse hablando. piérdanse. entre las propias bombas. humanamente hablando.

 

o sea. déjennos. o sea. hablen. o sea. aunque más no sea. mientras haya tiempo. y pase el frío.

 

(de Libaciones y otras voces. Madrid: Ediciones Ache, 2000)

 

 

Rumpere tota poesia

 

 

Habrá que romper estos poemas

atacar de nuevo a los gendarmes

acribillarlos uno a uno

arrojando a medias las verdades

 

difundir la media lengua en las escuelas

hacer de las sílabas guiñapos

mélanger les mots sin miedo

farfullar sin rosario

y que una bomba verbal

se expanda de las pilas a los mingitorios

 

habrá que habrá que habrá que

desnudar lentamente a los obispos

y usar el óleo santo en la aventura

de recorrerse el alma

de halagarse el alma

sin que nadie entre nos

nos premedite el verbo

 

habrá que desterrar de todos modos

la frase verbal obligativa

desterrando el temor

de acceder a las piernas sin preámbulo

aprendiendo a dormir

con el calor más próximo

 

y serán los fragmentos de los poemas rotos

la breve invitación escrita a mano

a estomatólogos beatas carceleros

niños bien comportados

maestros de sanas costumbres

dictadores macarras

cotillas aspavientos

reporteros del corazón

con marcapasos:

 

asista a la fiesta de los poemas rotos

se prevé tiempo húmedo

absténganse bocas cerradas

mosergas buenos usos

estéticas intransigentes

miradas muertas

 

 (de Missa pedestris. Madrid: Verbum, 2000)

 

 

Trece. preludio

 

Si hubiese espacio

desde el que decir yo toco si do situar hubiese

 

la forma boca abajo

 

si las líneas de puntos

con hilos numerados

 

al fin i al cabo los números orden engañoso donde los haya en laberinto i ronda los números pinchazos en la carne de la página que se gangrenan al fin i al cabo un simulacro ese del fantasma que seduce hablando de su cuerpo

 

un seduceo

 

un devaneo o esente que no contiene la respiración i cabalga ¿ves? íncubo i súcubo a la vez como en el verso de oscar scopa

 

"desucaballohacaídotodoelhombrequesangraba"

 

dieciséis sílabas en cópula (scopula) como el romance i hablando de otra guisa de romance el trance convulso de dora rosalba i el pasmo de su novio cuando les cantaaábamos de refilón

 

 

"parece que hay romance aunque sin confirmar parece que hai romance yo no sé qué pasará"

 

comosien la conciencia cándida de una infanta como yo de una perra dulce como yo (iaguareté de la pampa húmeda) a la que le faltaban apenas cuarenta i ocho minutos para su primera menstruación

 

el romance amoroso tuviese que difundirse cual una noticia a través del canto

amor noticia propaganda del amor propaladora

i cantar fuese un médium para contener el derrame i no hubiese pausas entre las sílabas no hubiese

ni un número que dominara el temblor más que precoz

trémulos también mis ojos de muñeca de trapo

(de cama en cama igual que todas)

iaguareté muñeca perra infanta

sin mancha ni sospecha todavía

 

 

si las líneas de puntos

con hitos numerados

garabatos de la infancia

indicasen el rumbo

hacia el cuerpo que viene

 

 

si hubiese un mapamundi mudo i sin contornos

 

si hubiese la certeza del archivo don del deseo se hace inteligible

 

estarían de fiesta los espejos

 

 

(de Arte cisoria. Palma de Mallorca: Calima, 2006)

 

 

Los desperdicios

 

La farolera tropezó

en la calle se cayó.

Y al pasar por el cuartel

se enamoró de un coronel:

alcen las barreras para que pase

la farolera de la puerta al sol.

Sube la escalera y enciende el farol

a la medianoche, se puso a contar

y todas las cuentas le salieron mal...

Dos y dos son cuatro, cuatro y dos

son seis, seis y dos son ocho y ocho

dieciséis, y ocho veinticuatro y ocho treinta y dos.

Ánima bendita me arrodillo en vos.

 

Afilando el lapicero toda la vida afilando el lapicero y ahora qué escribo ahora qué digo ahora dónde estará la primera punta del primer lápiz de color como aquel que guardé en mi primera cartuchera y lo busco y lo busco y están las manchas en el cuaderno los garabatos en las revistas los círculos alrededor de las caras conocidas los cuerpo deseados la mente en blanco en blanco la espuma entre las páginas y yo afilando el lapicero afilando el lapicero montañas de lápices haciendo la vez de paisaje mi propio rinconcito mi círculo de referencia la esfera dice platón es la figura más perfecta y no sé por qué con lo bonitas que son las diagonales los ángulos de las piernas la hipotenusa de tu carácter cuando me siento cateto y afilando el lapicero preveo el teto imprevisible tratando de rehacer con el lápiz tu contorno tu silueta el deseo de tus formas del derecho y del revés tus anfractuosidades tus peligros tus avances tus retrocesos el lance de tus piernas sobre mis hombros y la culpa que siento si no te deseo y la culpa que siento si el deseo se escapa entre las virutas del lápiz y no hay derrame que compense no hay semen nutricio que te abarque no hay fórmula capaz de regenerar el coito del primer lápiz cuando el lápiz se afila cuando la punta entra en el papel y no sale nunca dejarse la punta en el papel dejarse el cuerpo en una hoja con renglones como los renglones de los cuadernos en esa infancia bendita malevolente sucia sucia hermosamente sucia las manos en el barro el barro y de nuevo en el barro las virutas del lápiz y madre que avanza amorosa firme ceñuda deseante y me pide que escriba escribe desparrámate en las páginas pero no escribas con el lápiz mocho afila el lápiz el lapicero entra entero en las hojas sé prolijo te estás saliendo del renglón y yo que le pregunto para qué sirven los renglones para que no pierda la punta el lápiz sácale punta sácale punta afila afila afila el lapicero afílalo afílalo afílalo lo más posible lo más sible lo más po afílalo lalo lo lalo lo lalo lo lalo lo la

 

farolera tropezó

en la calle se cayó.

Y al pasar por el cuartel

se enamoró de un coronel:

alcen las barreras para que pase

la farolera de la puerta al sol.

Sube la escalera y enciende el farol

a la medianoche, se puso a contar

y todas las cuentas le salieron mal...

Dos y dos son cuatro, cuatro y dos

son seis, seis y dos son ocho y ocho

dieciséis, y ocho veinticuatro y ocho treinta y dos.

Ánima bendita me arrodillo en vos.

 

 

 

(Inédito en forma de libro)

 

 

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